lunes, 17 de mayo de 2010

OBSERVACIONES

Algunas observaciones con respecto a la concepción de Rogers sobre el hombre y su entorno en un cambio continuo. La Teoría del devenir nos lleva por cuatro vertientes distintas a un mismo callejón sin salida:

a) El hombre en un continuo proceso evolutivo y su consecuente y lógica dificultad y hasta imposibilidad de conocerlo y comprenderlo. No sólo se trata de un proceso evolutivo histórico, sino más bien de un proceso continuo de cambio personal. Día con día la persona es distinta, en un mundo muy propio. No sólo cambia lo accidental, sino también lo esencial. ¿Cómo comprender un fenómeno que se hace y se reconstruye continuamente?

b) La imposibilidad de la ciencia, puesto que no habría verdades ni leyes objetivas e inmutables. Al igual que el hombre, la ciencia y las verdades científicas son relativas. ¿Cómo construir el edificio de la ciencia sobre arenas movedizas?

c) El relativismo axiológico y moral, en el que no habría bienes ni valores objetivos y absolutos. El bien y el mal son relativos. Dependen de mi concepto personal de bueno y malo. Si la educación tiene como una de sus finalidades buscar el perfeccionanúento del hombre, bajo esta perspectiva será una meta inalcanzable, por la dificultad que implicaría el ponerse de acuerdo sobre los conceptos de bien y bueno.

d) Negación de cualquier teleología: la pérdida de la finalidad, el sentido y la razón de ser de las cosas:¿Para qué la ciencia? ¿Para qué existe el hombre? ¿Por qué vivir?

El resultado último de esta postura es la idea y de un hombre sin esencia y sin trascendencia, y sin la posibilidad de acceder a la verdad (CERSÓSIMO, P. Luis Ángel. 1980).

"Sostenida la concepción de que la realidad se agota en el fenómeno y que el cambio es única y absoluta realidad, se llega a la concepción del ser humano como un ser más dentro del proceso de la naturaleza... esto lleva a posiciones, a situaciones sin salida en cuanto a que sus propias ideas carecerían de valor en el futuro, ya que serían el producto de un momento de la evolución mental o biológica del individuo, por consiguiente el resultado lógico sería el escepticismo gnoseológico y la imposibilidad de la ciencia, o a lo sumo la concepción de la ciencia como mero resultado estadístico cuya validez estaría limitada a un corto período histórico".

Analizada fríamente, esta teoría constituye un ataque frontal a la cultura en general y a la cultura occidental de manera particular. Si siguiéramos por este rumbo definitivamente no llegaríamos a ningún lado.

La argumentación del cambio continuo encierra en sí misma una contradicción: ¿Es verdad que todo está sujeto a un continuo cambio? ¿Esta verdad es inmutable?

Contraria a la teoría del devenir se encuentra la sostenida por Aristóteles y la Escolástica, sobre la substancia y accidente. Lo esencial en los seres permanece, lo occidental cambia. Lo que hace a una idea, cosa o persona ser lo que es, permanece. Las cualidades o características que le acompañan son las que pueden cambiar.

Desde luego que el hombre cambia, pero no esencialmente. Sus características y cualidades pueden ser variables, pero su ser de hombre, no.

CRITICAS Y COMENTARIOS

De entre toda nuestra experiencia elijamos cualquier ejemplo o prototipo de "buen hombre", "hombre íntegro", "hombre cabal" y veamos si los calificativos de bueno, íntegro o cabal son consecuencia de que ha obrado siguiendo todos sus impulsos o inclinaciones naturales, de que ha actuado con absoluta libertad y que no ha tenido restricciones de ningún tipo. La verdad es que este calificativo se le otorga a la persona disciplinada, que reconoce y acepta el valor de las normas, que actúa libre, pero también responsablemente.

Habría otra manera muy objetiva de probar esta hipótesis de Rogers. Consistiría en dejar a nuestros hijos o a nuestros alumnos hacer lo que quieran. Que sigan sus impulsos naturales. No se deben corregir. No se les oriente. ¿Podemos esperar que ellos se eduquen por sí mismos?

Otra observación más. Se han dado algunas experiencias educativas sobre esta línea y, desde luego, surgen las lógicas interrogantes sobre sus resultados. ¿Dónde están las generaciones de "hombres de funcionamiento cabal" formados en las "escuelas de la libertad"?, (como en el ensayo de Summerhill) ¿Dónde están los líderes, los sabios, o al menos los buenos hombres y buenos ciudadanos que destaquen por sus hechos? Se supone que ellos tuvieron la oportunidad de "actualizar sus tendencias", casi en ausencia de restricciones.

CRITICAS Y COMENTARIOS

Concretamente en las áreas de psicología y educación estas ideas han dado origen a programas en el marco de lo que se ha llamado "desarrollo humano", que como su nombre lo dice, tienen como objetivo la superación de la persona. En estos programas se trabajan aspectos como el autoconcepto, la autorrealización, la formación de valores, etc. Sin duda esta temática parece ser importantísima para el campo educativo, pero los fundamentos de esta teoría (llamada también "educación centrada en el alumno" o "educación no directiva") y los fines que pregona distan mucho de una concepción de educación formal, congruente con la idiosincrasia y cultura mexicanas.

La realidad es que tras estos atractivos enunciados hay una serie de opiniones, conceptos e ideas, que es conveniente analizar detenidamente, pues representan serias amenazas a las instituciones sociales (principalmente a la familia y a la escuela), a la cultura en general y a la persona misma.

II. OBJETIVO

1. Evaluar la teoría educativa de Carl R. Rogers ("educación centrada en el alumno" o "educación no directiva") en cuanto a su aplicabilidad en la educación.

III. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

- ¿Quién es Carl R. Rogers?
- ¿Cuáles son los fundamentos teóricos y filosóficos de su teoría?
- ¿Cuál es su concepto de hombre?
- ¿Qué es la educación no directiva?
- ¿Cuál es la opinión de Rogers sobre la enseñanza de los valores?
- ¿Cuál es su concepto de normalidad?
- ¿Cuál es su concepto de realidad?
- ¿Cuál es la importancia de la sensación y del razonamiento?
- ¿Qué es la ciencia y la investigación científica?
- ¿Qué piensa Rogers sobre la enseñanza de la moral?
- ¿Qué es la autorrealización?
- ¿Qué es el aprendizaje significativo?



IV. EXPOSICIÓN GENERAL

1.SU VIDA Y OBRAS:

Carl Ranson Rogers nació en 1902 en Oak Park, Illinois en el seno de una familia profundamente religiosa, con fuertes convicciones protestantes. Fue el cuarto de seis hijos. Cuenta Rogers que su niñez transcurrió en una atmósfera ética y religiosa muy estricta e intransigente, además de solitaria (ROGERS, Carl R. 1983: 17-18).

Se inscribió en la Universidad de Wisconsin para estudiar agricultura, pero, impresionado por una conferencia religiosa se sintió atraído por este tipo de vida, por lo que ingresó al Union Theological Seminary.

Durante el tercer año de bachillerato fue seleccionado como uno de los doce estudiantes estadounidenses que habrían de asistir como delegados de su país al Congreso de la Federación Cristiana Mundial en China. A este congreso sigue una gira por toda la China occidental en la que dictó charlas sobre temas religiosos. Esta experiencia, que duró seis meses, le hace caer en cuenta que hay diferencias importantes entre su religión y las demás. Como consecuencia de ello rompió con la doctrina de sus padres.

De allí salió para estudiar psicología clínica en Columbia, donde recibió su doctorado en 1928, y un doctorado en filosofía en 1931.

A partir de 1940 se dio un cambió radical en su vida, luego que aceptó una cátedra de psicología en la Universidad Estatal de Ohio. Es en este lugar donde empieza a desarrollar sus ideas acerca de la psicoterapia.

En 1945 se cambia a la Universidad de Chicago, donde siguió dando clases de psicología y dirigió un centro de asesoramiento. Durante este tiempo fue que escribió uno de sus principales libros: "Client-centred terapy: its current practice, implications and theory". También durante este período empezó a esbozar su teoría de la personalidad.

Para 1957 se fue a la Universidad de Wisconsin para desempeñar dos puestos: el de profesor de psicología y de psiquiatría.

En 1964 asun-dó un puesto como miembro residente del Western Behavioral Sciences Institute en La jolla, California. Allí mismo fue fundador del Centro de Estudios para la Persona, donde trabajó hasta su muerte.

Rogers aplicó sus teorías a una amplia variedad de situaciones. Durante muchos años trabajó en terapia y asesoría individual. También aplicó sus conceptos y métodos a la vida familiar, a la educación y al aprendizaje, a los procesos grupales, y en la última etapa de su vida dedicó buena parte de su tiempo a los "grupos de encuentro".

Recibió el premio por la" Contribución Científica Distinguida" (1956) y el premio por "Desempeño Profesional" (1968) de la Asociación Psicológica Americana.Visitó frecuentemente México, especialmente Taxco, en donde vacacionaba regularmente.

Murió en La Jolla, Califomia el 4 de Febrero de 1987. Por más de cuatro décadas fue la figura central de la corriente llamada psicología humanista, difundida principalmente en Estados Unidos y en México.

Sus obras más relevantes:

1942 "Counseling and psicoterapy"
1945 "Client-centred terapy: its current practice, implications and theory"
1961 "On becoming a person"
1969 "Freedom to learn"
1970 "Carl Rogers y los grupos de encuentro"
1972 "Convertirse en compañeros: el matrimonio y sus alternativas"
1977 "Carl Rogers on personal power" 1980 "A way of being"



2. SUS FUNDAMENTOS TEÓRICO-FILOSÓFICOS:

Toda teoría se construye a partir de otras teorías, o bien de algunos principios de orden filosófico, o bien de la observación empírica. Entre los fundamentos de la teoría de Rogers encontramos:

Naturalismo: Una de las influencias más notorias (probablemente la más importante) es el naturalismo, sobre todo de Rousseau. La idea de la bondad innata (ROGERS, Carl R. 1977: 414) (ROGERS, Carl R. 1983: 75-102) en el hombre es una constante que permea toda su teoría y da origen a varios de los conceptos más importantes. Esta es la base de la terapia y del aprendizaje nodirectivos.

Psicoanálisis: Recibió tanto la influencia directa de Freud, como la de algunos psicoanalistas no-freudianos, como Theodore Reich, Otto Rank y Karen Horney. Entre sus profesores de esta línea se encontraban David Levy y Lawson Lowrey (ROGERS, Carl R. 1983:20) (DICAPRIO, Nicholas S. 1992: 322). Sus conceptos como introyección, los conceptos de máscaras y fachadas, el proceso de valoración orgánica y el mismo concepto de anormalidad tienen fuertes influencias de las ideas de represión, neurosis, y del principio del placer del psicoanálisis.

Fenomenología, Gestalt y Teoría del Campo. A partir de estas teorías Carl Rogers formula algunos de sus postulados centrales. El hombre está sujeto a un continuo devenir. La realidad depende de campo perceptual, (ROGERS, Carl R. 1977: 410-412) y por lo tanto, la realidad es un concepto individual. La conciencia consiste en la percepción de mis experiencias sensoriales y viscerales. El campo perceptual deternúna el comportamiento. Su concepto de congruencia también se deriva en buena parte de estas teorías.

Existencialísmo: Rogers consideraba a Kierkegaard como un amigo personal, que continuamente le acompañaba (a pesar de los aproximadamente 100 años de distancia que los separaron). La influencia del existencialismo en la teoría de Rogers es muy amplia y notoria. Conceptos como "vivir el aquí y el ahora", el análisis existencias, "ser lo que realmente se es" y aún el mismo título de su obra "El proceso de convertirse en persona" expresan claramente la relación.

Pragmatismo: El pragmatismo norteamericano manifiesta su influencia en Rogers. Quizás su manifestación más evidente esté en el proceso de terapia y el concepto de aprendizaje significativo. Sólo aprenderemos lo que nos es útil (ROGERS, Carl R. 1983: 241-245).

Empirismo, experimentalismo: la base del conocimiento -y de la vida- es la experiencia. La experiencia es el criterio superior que debe regir la misma vida (ROGERS, Carl R. 1983: 32).

Influencias orientales: Rogers descubrió en fuentes orientales cierto paralelo con su propia obra, especialmente con el budismo zen y las obras de Lao-Tse.

3. SOBRE LA NATURALEZA DEL HOMBRE

Quizás una de las ideas más representativas de la teoría de Rogers -y de la cual se derivan otras- es la de "la bondad básica de la naturaleza humana". Supone Rogers que si dejamos al niño en completa libertad para actuar, sin poner trabas a su desarrollo, todo lo que haga y aprenda siempre estará correcto y será bueno para él. Esto desde luego supone ausencia total de restricciones.

Rogers considera que toda persona tiene poderosas fuerzas constructivas en su personalidad que necesitan manifestarse y que se les dejen operar. La persona tiene una tendencia innata -por lo tanto natural- al desarrollo y a la actualización. En su libro "Psicoterapia centrada en el cliente", hacia el final de la obra, esboza su teoría psicológica. Una de sus proposiciones iniciales es:

"El organismo tiene una tendencia o impulso básico a actualizar, mantener y desarrollar al organismo experienciante" (ROGERS, Carl R. 1977: 414)

La persona necesita crecer, no que se le cultive. Solamente requiere contar con las condiciones propicias para desarrollarse. No hay que desarrollar estas fuerzas; debemos permitir que se desarrollen.

La tendencia a la actualización es inherente al hombre. Debido a ésta, el hombre se ve impulsado a ser lo que genéticamente está diseñado para ser.

Otro supuesto de Rogers relativo a la naturaleza humana es la idea del que el hombre se encuentra en un continuo devenir. Todo cambia, tanto la persona misma como su entorno.

"Todo individuo vive en un mundo continuamente cambiante de experiencias de las cuales es el centro" (ROGERS, Carl R. 1977: 410).

El hombre cambia y es bueno que cambie. Su campo "experiencial" está cambiando continuamente y con él su propio "yo". Esta idea también resulta una constante en toda su obra.

Críticas y comentarios:

La idea de que el hombre es bueno por naturaleza es una importación que hace Rogers fielmente del naturalismo de Rousseau, quien afirmaba que el hombre nace bueno y orientado al bien. Es la sociedad y sus instituciones quienes lo corrompen. En palabras de Rousseau (en: FERMOSO, Paciano. 1985: 345).

"Establecemos como principio indiscutible que los primeros movimientos de la naturaleza son siempre rectos: no existe perversidad original en el corazón humano; podríamos decir como y por dónde entraron cada uno de los vicios que encontramos en él... Se convierte en bueno o malo sólo por el uso que de él se haga y por las relaciones que se le conceden..."

El tema del naturalismo es muy amplio, pero para éste efecto basten sólo algunas observaciones.

Desde luego, el hombre aspira al bien, pero su naturaleza, dañada por el pecado original, no está inclinada en ese sentido. No se requieren de muchas disquisiciones o argumentos para demostrar este hecho que es más o menos evidente a simple vista. Para que el hombre se convierta en un verdadero hombre, un hombre sano, un buen ciudadano, un hombre de bien, requiere dominar sus inclinaciones (no dejarse llevar por ellas), poner y aceptar límites a su comportamiento, necesita de la disciplina (tanto impuesta desde fuera como autoimpuesta), requiere de un sistema de valores que le den sentido a su vida y a los conceptos mismos de "buen hombre" y "buen ciudadano". Requiere de normas fundamentadas en el "deber ser".

SOBRE LA NATURALEZA DEL HOMBRE

SOBRE LA NATURALEZA DEL HOMBRE

Quizás una de las ideas más representativas de la teoría de Rogers -y de la cual se derivan otras- es la de "la bondad básica de la naturaleza humana". Supone Rogers que si dejamos al niño en completa libertad para actuar, sin poner trabas a su desarrollo, todo lo que haga y aprenda siempre estará correcto y será bueno para él. Esto desde luego supone ausencia total de restricciones.

Rogers considera que toda persona tiene poderosas fuerzas constructivas en su personalidad que necesitan manifestarse y que se les dejen operar. La persona tiene una tendencia innata -por lo tanto natural- al desarrollo y a la actualización. En su libro "Psicoterapia centrada en el cliente", hacia el final de la obra, esboza su teoría psicológica. Una de sus proposiciones iniciales es:

"El organismo tiene una tendencia o impulso básico a actualizar, mantener y desarrollar al organismo experienciante" (ROGERS, Carl R. 1977: 414)

La persona necesita crecer, no que se le cultive. Solamente requiere contar con las condiciones propicias para desarrollarse. No hay que desarrollar estas fuerzas; debemos permitir que se desarrollen.

La tendencia a la actualización es inherente al hombre. Debido a ésta, el hombre se ve impulsado a ser lo que genéticamente está diseñado para ser.

Otro supuesto de Rogers relativo a la naturaleza humana es la idea del que el hombre se encuentra en un continuo devenir. Todo cambia, tanto la persona misma como su entorno.

"Todo individuo vive en un mundo continuamente cambiante de experiencias de las cuales es el centro" (ROGERS, Carl R. 1977: 410).

El hombre cambia y es bueno que cambie. Su campo "experiencial" está cambiando continuamente y con él su propio "yo". Esta idea también resulta una constante en toda su obra.

FUNDAMENTO TEORICO

Fenomenología, Gestalt y Teoría del Campo. A partir de estas teorías Carl Rogers formula algunos de sus postulados centrales. El hombre está sujeto a un continuo devenir. La realidad depende de campo perceptual, (ROGERS, Carl R. 1977: 410-412) y por lo tanto, la realidad es un concepto individual. La conciencia consiste en la percepción de mis experiencias sensoriales y viscerales. El campo perceptual deternúna el comportamiento. Su concepto de congruencia también se deriva en buena parte de estas teorías.

Existencialísmo: Rogers consideraba a Kierkegaard como un amigo personal, que continuamente le acompañaba (a pesar de los aproximadamente 100 años de distancia que los separaron). La influencia del existencialismo en la teoría de Rogers es muy amplia y notoria. Conceptos como "vivir el aquí y el ahora", el análisis existencias, "ser lo que realmente se es" y aún el mismo título de su obra "El proceso de convertirse en persona" expresan claramente la relación.

Pragmatismo: El pragmatismo norteamericano manifiesta su influencia en Rogers. Quizás su manifestación más evidente esté en el proceso de terapia y el concepto de aprendizaje significativo. Sólo aprenderemos lo que nos es útil (ROGERS, Carl R. 1983: 241-245).

Empirismo, experimentalismo: la base del conocimiento -y de la vida- es la experiencia. La experiencia es el criterio superior que debe regir la misma vida (ROGERS, Carl R. 1983: 32).

Influencias orientales: Rogers descubrió en fuentes orientales cierto paralelo con su propia obra, especialmente con el budismo zen y las obras de Lao-Tse.

FUNDAMENTO TEORICO

2. SUS FUNDAMENTOS TEÓRICO-FILOSÓFICOS:

Toda teoría se construye a partir de otras teorías, o bien de algunos principios de orden filosófico, o bien de la observación empírica. Entre los fundamentos de la teoría de Rogers encontramos:

Naturalismo: Una de las influencias más notorias (probablemente la más importante) es el naturalismo, sobre todo de Rousseau. La idea de la bondad innata (ROGERS, Carl R. 1977: 414) (ROGERS, Carl R. 1983: 75-102) en el hombre es una constante que permea toda su teoría y da origen a varios de los conceptos más importantes. Esta es la base de la terapia y del aprendizaje nodirectivos.

Psicoanálisis: Recibió tanto la influencia directa de Freud, como la de algunos psicoanalistas no-freudianos, como Theodore Reich, Otto Rank y Karen Horney. Entre sus profesores de esta línea se encontraban David Levy y Lawson Lowrey (ROGERS, Carl R. 1983:20) (DICAPRIO, Nicholas S. 1992: 322). Sus conceptos como introyección, los conceptos de máscaras y fachadas, el proceso de valoración orgánica y el mismo concepto de anormalidad tienen fuertes influencias de las ideas de represión, neurosis, y del principio del placer del psicoanálisis.

SUS OBRAS

Sus obras más relevantes:

1942 "Counseling and psicoterapy"
1945 "Client-centred terapy: its current practice, implications and theory"
1961 "On becoming a person"
1969 "Freedom to learn"
1970 "Carl Rogers y los grupos de encuentro"
1972 "Convertirse en compañeros: el matrimonio y sus alternativas"
1977 "Carl Rogers on personal power" 1980 "A way of being"

QUIEN ES CARL ROGERS

III. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN

- ¿Quién es Carl R. Rogers?
- ¿Cuáles son los fundamentos teóricos y filosóficos de su teoría?
- ¿Cuál es su concepto de hombre?
- ¿Qué es la educación no directiva?
- ¿Cuál es la opinión de Rogers sobre la enseñanza de los valores?
- ¿Cuál es su concepto de normalidad?
- ¿Cuál es su concepto de realidad?
- ¿Cuál es la importancia de la sensación y del razonamiento?
- ¿Qué es la ciencia y la investigación científica?
- ¿Qué piensa Rogers sobre la enseñanza de la moral?
- ¿Qué es la autorrealización?
- ¿Qué es el aprendizaje significativo?

LA TEORIA EDUCATIVA

I. INTRODUCCION

Es indudable que las ideas de Rogers han tenido una gran influencia desde la década de los cincuenta y hasta nuestros días en diversos campos. Sus conceptos y métodos se han difundido en áreas como la psicología, la medicina, la industria y, desde luego, la educación. Conceptos como "vivir auténticamente", "persona de funcionamiento cabal", "respeto a la persona", "no directividad", "crecer", "autorrealización", etc., son parte ya de un lenguaje común en empresas y escuelas.



Concretamente en las áreas de psicología y educación estas ideas han dado origen a programas en el marco de lo que se ha llamado "desarrollo humano", que como su nombre lo dice, tienen como objetivo la superación de la persona. En estos programas se trabajan aspectos como el autoconcepto, la autorrealización, la formación de valores, etc. Sin duda esta temática parece ser importantísima para el campo educativo, pero los fundamentos de esta teoría (llamada también "educación centrada en el alumno" o "educación no directiva") y los fines que pregona distan mucho de una concepción de educación formal, congruente con la idiosincrasia y cultura mexicanas.

La realidad es que tras estos atractivos enunciados hay una serie de opiniones, conceptos e ideas, que es conveniente analizar detenidamente, pues representan serias amenazas a las instituciones sociales (principalmente a la familia y a la escuela), a la cultura en general y a la persona misma.

II. OBJETIVO

1. Evaluar la teoría educativa de Carl R. Rogers ("educación centrada en el alumno" o "educación no directiva") en cuanto a su aplicabilidad en la educación.

EMPATIA

EMPATIA

Empatía: Hay que esforzarse en vivenciar la situación y los sentimientos de la otra personar, procurar introducirse dentro de ella hasta el punto de poder intuir aquello que ella misma no ve. ¿Hasta qué punto eso puede ser una técnica factible de ser enseñada? Más bien depende de la sensibilidad innata del terapeuta, que le hace posible quedarse en blanco, abrirse totalmente al otro de modo que resuene en él, como si se hubiese transformado en una antena parabólica. Emerson decía: «Lo que tú eres habla tan alto que no me deja escuchar lo que dices». Igual pensaba Jung cuando entrevistaba por primera vez a alguien: «A este hombre no lo conozco». Entonces olvidaba todo lo que sabía, se abría por entero al paciente y le dejaba tomar de él justo aquello que necesitaba.

Esta comprensión empática exige no olvidar que se trata de los sentimientos de otra persona y no de los nuestros. Si lo que escuchamos tiene alguna relación con problemas o sentimientos nuestros, es muy fácil identificarse con ellos y sufrir el dolor del otro como si fuera nuestro. La identificación nubla nuestro raciocinio y nos impediría ver con suficiente lucidez cómo podríamos ayudar al otro a clarificar sus propios problemas. Se trata de no sentirse deprimido por su depresión, angustiado por su angustia ni absorbido por su necesidad de dependencia.

Lo ideal es poder entrar en el mundo privado del otro y ver sus sentimientos y motivaciones, sin juzgar ni evaluar, tal como él los ve. Moverse en ese ámbito con delicadeza, sin pisotear conceptos o valores que son importantes para él. Se trata de percibir intuitivamente, no sólo aquellas experiencias que para él son conscientes, sino también esas otras que percibe apenas en forma velada y confusa.

Según decía Rogers: «Cuando la persona se da cuenta de que se le ha oído en profundidad, se le humedecen los ojos... Es como si un prisionero encerrado en una mazmorra - o un sepultado vivo - consiguiera por fin comunicarse con el exterior. Simplemente eso le basta para liberarse de su aislamiento. Acaba de convertirse de nuevo en un ser humano.»

A Rogers le preocupaba la situación actual del mundo, interpretando el caos contemporáneo como los dolores de parto de un mundo nuevo, simultáneo al nacimiento de un nuevo ser humano, capaz de vivir en esa nueva era, en ese mundo transformado. El era consciente de los obstáculos que podría encontrar este nuevo tipo de personas. Las instituciones establecidas defenderían la tradición y se opondrían a toda iniciativa de cambio. El poder siempre ha querido moldear las consciencias y, para ello, puede hacer uso de las nuevas tecnologías emergentes. El dogmatismo y el temor al cambio predominan en las esferas políticas. Pero, a pesar de todo eso, era optimista:

ACEPTACION

Aceptación incondicional: Hay que aceptar al otro con todas sus características, nos gusten o no, valorándolo como esa persona única que es, sin intentar amoldarlo a nuestros propios criterios. Esto resulta más fácil una vez que uno se ha aceptado a sí mismo. Se ha aprendido por propia experiencia que el camino al cambio pasa por la aceptación de lo que es. ¿Cómo podríamos cambiar algo sin conocer antes ese algo?

Cuesta, de todas maneras, permitir que nuestros padres, hijos, cónyuges, opinen de modo diferente al nuestro sobre determinados temas o problemas. Implica, a veces, tener que aceptar su hostilidad, su enojo, su critica peyorativa. Cualquier reacción de nuestra parte añadiría leña a la hoguera. Tenemos que pensar qué es lo que deseamos conseguir, ¿romper la relación, o conservarla, volviéndola armoniosa?

Es muy grande la tentación de corregir o de señalar errores cuando estamos escuchando a alguien. Además, nos cuesta aceptar cada uno de los distintos aspectos que la persona nos está mostrando. Por muy disimulada que sea nuestra desaprobación, igual la persona puede percibirla. Hay cierta gente hipersensible que tiene un radar para detectar el más mínimo signo de rechazo, y entonces se cierra herméticamente, para nunca más. Esto ocurre de preferencia en los pre adolescentes.

Cualquier tipo de evaluación externa puede representar para algunas personas una amenaza, la que inhibe la expresión espontánea de sus sentimientos. Incluso una evaluación positiva puede sonar tan amenazadora como una negativa: «Te estoy evaluando bien porque hiciste/dijiste, algo que me agradó; pero si haces/dices algo que no me agrade, mi evaluación será desfavorable». Mientras más libre de juicios y evaluaciones pueda mantenerse una relación, más fácil resultará para la otra persona llegar a la comprensión de que - en última instancia - lo que más importa es su propio juicio. Entonces se sentirá libre para asumir su propia responsabilidad al manejar su vida. Cuanto más comprendido y aceptado se sienta, más fácil le resultará abandonar sus mecanismos de defensa y comenzar el camino hacia su propia maduración.

autenticidad

Autenticidad: Quien controle la relación debe mostrarse tal como es, sin pretender desempeñar un papel directivo, expresando en forma trasparente sus propios sentimientos. No mostrarse tranquilo y satisfecho cuando, en realidad, está enojado y descontento. No aparentar que conoce todas las respuestas cuando no es cierto. No intentar parecer cariñoso cuando se siente hostil, No mostrarse seguro de sí cuando siente temor. No aparentar excelente salud cuando tiene un malestar físico. No colocarse en actitud defensiva, la que lo hará comportarse de manera superficial y opuesta a sus verdaderos sentimientos. Resumiendo, no intentar parecer un super hombre (o super mujer).

Todo esto implica que la persona tiene que empezar por aceptarse a sí misma. ¿Cómo podría aceptar a otros, si no empieza por ella? El aceptarse a sí mismo es la consecuencia de la observación de sí, condición indispensable para que se empiece a producir un cambio en todo aquello que parece imperfecto. Es precisamente lo que el terapeuta espera conseguir en su cliente. Jung decía: «No puedo pedirle a mis pacientes que hagan algo que yo no soy capaz de hacer”.

En el intento por descubrir su auténtico «yo», la persona necesita examinar los diversos aspectos de sus experiencias para poder reconocer y enfrentar las profundas contradicciones que a menudo descubre. Reconoce, entonces, que gran parte de su vida está orientada a ser lo que «debería» ser y no lo que en realidad es. Por lo general, ha estado respondiendo a exigencias o expectativas ajenas y no a sus verdaderos sentimientos. Se da cuenta que ha tratado de «comprar cariño» al comportarse como los demás esperaban que lo hiciera. Comprende que su conducta habitual es sólo una máscara, una apariencia tras de la cual procura esconderse. Tiene la impresión de que puede resultar peligroso o potencialmente nocivo mostrarse tal como se es.

Además, la persona tiene que ponderar el hecho de que no es un producto terminado, salido de una fábrica con un bajo parámetro de control de calidad, sino un proceso vivo, abierto al cambio, capaz de evolucionar
y de realizar todas las potencialidades que le fueron otorgadas en su nacimiento.

Ella va descubriendo paulatinamente la confianza en sí misma, que es el instrumento más adecuado para producir la respuesta más satisfactoria a cualquier situación dada. Es capaz de aprender de sus errores y puede corregir las decisiones equivocadas. Puede observar sus sentimientos e impulsos, a menudo complejos y contradictorios, evaluar las exigencias sociales y personales y aceptarlas o no, según su propio discernimiento, sin dejarse manipular en beneficio interesado de otros. Llega progresivamente a sentir que cada vez necesita menos depender de la evaluación que los demás hagan de ella. Aprende a confiar en su propio juicio para decidir y elegir lo más conveniente. «Es profundamente estimulante adentrarse en la compleja corriente de la experiencia y tener la fascinante posibilidad de intentar comprender sus potencialidades siempre cambiantes».

El aceptarse a sí mismo y permitirse ser auténtico hace que las relaciones personales se vuelvan vitales, cálidas, significativas. Si procuramos comunicarnos con alguien desde nuestro centro interno (la esencia) conseguimos tocar al otro en su propio centro. Ya no estamos entablando una relación superficial, a nivel
de personalidad, al estilo de «los juegos que juega la gente», de los que habla Berne en su Análisis Transaccional.

por lo tanto

Existe solo una técnica por la que los rogerianos son conocidos: el reflejo. El reflejo es la imagen de la comunicación emocional: si el paciente dice “¡me siento como una mierda!”, el terapeuta puede reflejar esto de vuelta diciéndole algo como “Ya. La vida le trata mal, ¿no?” Al hacer esto, el terapeuta le está comunicando al paciente que de hecho está escuchando y se está preocupando lo suficiente como para comprenderle.

También el terapeuta está permitiendo que el paciente se de cuenta de lo que él mismo está comunicando. Usualmente, las personas que sufren dicen cosas que no quieren decir por el hecho de que el sacarlas hacen sentir mejor. Por ejemplo, una vez una mujer entró en mi consulta y dijo “¡Odio a los hombres!” Le reflejé diciéndole: “¿Odia a todos los hombres?” Ella contestó: “Bueno, quizás no a todos” Ella no odiaba a su padre, ni a su hermano y por continuidad, ni a mí. Incluso con esos hombres a los que “odiaba”, se dio cuenta luego que en la gran mayoría de ellos no sentía hasta el punto de lo que la palabra “odio” implica. De hecho, mucho más adelante se percató de que lo que sentía era desconfianza hacia los hombres y de que tenía miedo de que le trataran como lo hizo un hombre en particular.

De todas formas, el reflejo debe usarse cuidadosamente. Muchos terapeutas novatos lo usan sin sentirlo o sin pensarlo, repitiendo como loros las frases que salen de la boca de sus pacientes. Luego creen que el cliente no se da cuenta, cuando de hecho se ha vuelto el estereotipo de la terapia rogeriana de la misma manera en que el sexo y la madre lo han hecho en la terapia freudiana. El reflejo debe surgir del corazón (genuino, congruente).

Esto nos conduce a los famosos requerimientos que según Rogers debe presentar un terapeuta. Para ser un terapeuta especial, para ser efectivo, un terapeuta debe tener tres cualidades especiales:

Congruencia. Ser genuino; ser honesto con el paciente.
Empatía. La habilidad de sentir lo que siente el paciente.
Respeto. Aceptación, preocupación positiva incondicional hacia el paciente.
Rogers dice que estas cualidades son “necesarias y suficientes”: si el terapeuta muestra estas tres cualidades, el paciente mejorará, incluso si no se usan “técnicas especiales”. Si el terapeuta no muestra estas tres cualidades, la mejoría será mínima, sin importar la cantidad de técnicas que se utilicen. Ahora bien, ¡esto es mucho pedir a un terapeuta! Simplemente son humanos, y con frecuencia bastante más “humanos” que otros. Es como ser más humanos dentro de la consulta que lo que normalmente somos. Estas características deben dejarse ver en la relación terapéutica.

Estamos de acuerdo con Rogers, aunque estas cualidades sean bastante demandantes. Algunas de las investigaciones sugieren que las técnicas no son tan importantes como la personalidad del terapeuta, y que, al menos hasta cierto punto, los terapeutas “nacen” , no se “hacen”.

asi mismo

Carl Rogers es mejor conocido por sus contribuciones en el área terapéutica. Su terapia ha cambiado en un par de ocasiones de nombre a lo largo de su evolución: al principio la llamó no-directiva, ya que él creía que el terapeuta no debía guiar la paciente, pero sí estar ahí mientras el mismo llevaba el curso de su proceso terapéutico. A medida que maduró en experiencia, Carl se dio cuenta que mientras más “no-directivo” era, más influía a sus pacientes precisamente a través de esa postura. En otras palabras, los pacientes buscaban una guía en el terapeuta y lo encontraban aunque éste intentara no guiarles.

De manera que cambió el nombre a centrada en el paciente (también llamada terapia centrada en el cliente. N.T.). Rogers seguía creyendo que el paciente era el que debía decir lo que estaba mal, hallar formas de mejorar y de determinar la conclusión de la terapia (aunque su terapia era “centrada en el paciente”, reconocía el impacto del terapeuta sobre el paciente). Este nombre, desafortunadamente, supuso una cachetada en la cara para otros terapeutas: ¿es que no eran la mayoría de las terapias “centradas en el paciente”?

Actualmente, a pesar de que los términos “no-directiva” y “centrada en el paciente” se mantienen, la mayoría de las personas simplemente le llaman terapia rogeriana. Una de las frases que Rogers utiliza para definir su terapia es “de apoyo, no reconstructiva” y se apoya en la analogía de aprender a montar en bicicleta para explicarlo: cuando ayudas a un niño a aprender a montar en bici, simplemente no puedes decirle cómo, debe traralo por sí mismo. Y tampoco puedes estarle sujetando para siempre. Llega un punto donde sencillamente le dejas de sostener. Si se cae, se cae, pero si le agarras siempre, nunca aprenderá.

Es lo mismo en la terapia. Si la independencia (autonomía, libertad con responsabilidad) es lo que quieres que un paciente logre, no lo logrará si se mantiene dependiente de ti como terapeuta. Los pacientes deben experimentar sus introspecciones por sí mismos, en la vida cotidiana, fuera de la consulta de su terapeuta. Un abordaje autoritario en la terapia parece resultar fabuloso en la primera parte de la terapia, pero al final solo crea una persona dependiente.

ademas

Vivencia existencial. Esto correspondería a vivir en el aquí y ahora. Rogers, siguiendo su tendencia a mantenerse en contacto con la realidad, insiste en que no vivimos en el pasado ni en el futuro; el primero se ha ido y el último ni siquiera existe. Sin embargo, esto no significa que no debamos aprender de nuestro pasado, ni que no debamos planificar o ni siquiera soñar despiertos con el futuro. Simplemente, debemos reconocer estas cosas por lo que son: memorias y sueños, los cuales estamos experimentando ahora, en el presente.
Confianza organísmica. Debemos permitirnos el dejarnos guiar por los procesos de evaluación o valoración organísmica. Debemos confiar en nosotros, hacer aquello que creemos que está bién; aquello que surge de forma natural. Esto, como imagino que podrán observar, se ha convertido en uno de los puntos espinosos de la teoría rogeriana. La gente diría: “sí, no hay problema, haz lo que te surja”; o sea, si eres un sádico, haz daño a los demás; si eres un masoquista, hazte daño; si las drogas o el alcohol te hacen feliz, ve a por ello; si estás deprimido, suicídate...Desde luego esto no nos suena a buenos consejos. De hecho, mucho de los excesos de los sesenta y setenta fueron debidos a esta actitud. Pero a lo que Rogers se refiere es a la confianza en el propio yo; en el sí mismo real y la única manera que tienes para conocer lo que es verdaderamente tu self es ¡abriéndote a la experiencia y viviendo de forma existencialista! En otras palabras, la confianza organísmica asume que está en contacto con la tendencia actualizante.
Libertad experiencial. Rogers pensaba que era irrelevante que las personas tuvieran o no libre albedrío. Nos comportamos como si lo tuviéramos. Esto no quiere decir, por supuesto, que somos libres para hacer lo que nos dé la gana: estamos rodeados de un universo determinista, de manera que aunque bata las alas tanto como pueda, no volaré como Superman. Realmente lo que significa es que nos sentimos libres cuando se nos brindan las oportunidades. Rogers dice que la persona que funciona al cien por cien reconoce ese sentimiento de libertad y asume las responsabilidades de sus oportunidades.
Creatividad. Si te sientes libre y responsable, actuarás acorde con esto y participarás en el mundo. Una persona completamente funcional, en contacto con la actualización se sentirá obligada por naturaleza a contribuir a la actualización de otros. Esto se puede hacer a través de la creatividad en las artes o en las ciencias, a través de la preocupación social o el amor paternal, o simplemente haciendo lo mejor posible el trabajo propio. La creatividad de Rogers es muy parecida a la generatividad de Erikson.

detalles

La persona Funcional al completo
Como Maslow, Rogers solo se interesa por describir a la persona sana. Su término es funcionamiento completo y comprende las siguientes cualidades:

Apertura a la experiencia. Esto sería lo opuesto a la defensividad. Es la percepción precisa de las experiencia propias en el mundo, incluyendo los propios sentimientos. También comprende la capacidad de aceptar la realidad, otra vez incluyendo los propios sentimientos. Los sentimientos son una parte importante de la apertura puesto que conllevan a la valoración organísmica. Si no puedes abrirte a tus propios sentimientos, no podrás abrirte a la actualización. La parte difícil es, por supuesto, distinguir los sentimientos reales de aquellos derivados de la ansiedad subsecuente a cuestione sde valía personal.

jueves, 13 de mayo de 2010

Teoría de la personalidad de Rogers

Las proposiciones que están al comienzo de la serie son las más alejadas de la experiencia del terapeuta y, por lo tanto, las más sospechosas, mientras que las que aparecen hacia el final se acercan cada vez más al centro de nuestra experiencia.

A. Características del niño
1. Percibe su experiencia como una realidad.
2. Posee una tendencia innata a actualizar las potencialidades de su organismo.
3. Interactúa con su realidad en función de esa tendencia fundamental a la actualización.
4. En su interacción con la realidad, el individuo se comporta como una totalidad organizada (gestalt).
5. Se inicia un proceso de valoración organísmica, en el que el individuo valora la experiencia al tomar como criterio de referencia la tendencia actualizante.
B. El desarrollo del yo
1. Como consecuencia de la tendencia a la diferenciación
2. Como consecuencia de la interacción entre el organismo y el medio.
C. La necesidad de consideración positiva
1. A medida que se exterioriza la conciencia del yo, el individuo desarrolla una necesidad de consideración positiva. La teoría no se interesa en saber si se trata de una necesidad innata o adquirida. De acuerdo con Standal, que formuló este concepto, es una necesidad adquirida:
a) La satisfacción de esa necesidad se logra necesariamente por medio de las inferencias obtenidas a partir del campo experencial de otra persona.
b) La satisfacción de esa necesidad se relaciona con una gama muy amplia de experiencias del individuo.
c) El proceso de satisfacción de la necesidad de consideración positiva es recíproco, ya que cuando el individuo se da cuenta de que satisface esa necesidad en otro, satisface, por eso mismo, su propia necesidad de consideración positiva.
d) Los efectos de esa satisfacción son intensos en el sentido de que la consideración positiva manifestada por cualquier persona se comunica, en aquel que es objeto de ella, al conjunto de la consideración que éste experimenta hacia esta persona.